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miércoles, 25 de mayo de 2016

Historias del metro - El tonto de los auriculares

Situación: metro, bastante apretao de gente.

De pie, agarrados a la triple barra.

Se pone a mi derecha un niñato de los de ahora, de esos que ya no tienen cura.

Va con unos auriculares escuchando música, unos auriculares de los grandes, no de los que se meten en la oreja, no, de los grandes, de los que te tapan la oreja. Hasta aquí bien.

De repente, inexplicablemente, el niñado se quita los auriculares y se los cuelga del cuello, como un auténtico diyei...acto seguido los desenchufa del móvil y empieza a sonar en alto la puta mierda de música que estaba escuchando, pero a un volumen molesto.

Pero no acaba aquí...luego se tira un rato forcejeando con el móvil intentando colocárselo en el hombro, o entre el hombro y el cuello, por la clavícula...creo que pretendía ponérselo ahí, cerca de la oreja para poder escuchar bien su puta mierda de música.
Sepáis que no lo consiguió...pero lo intentó bien, tanto que casi se le cae el móvil varias veces, incluso llegó a colocarse los auriculares en la cabeza para tener más espacio para intentar encajarse el móvil entre el hombro y el cuello. Un chou.

Era todo un espectáculo, de verdad.
Mientras lo veía hacer de las suyas, me entraba la risa, era taaan patético...
Me daban ganas de reírme en su cara y decirle: AJAJAJAJAJ!!!! TOOONTO, QUE ERES TOOOONTO!!!!!

Luego una mujer de mi izquierda le dijo que molestaba con su música, que se pusiera los auriculares.
Y el chaval se los puso. Y la música cesó. Te alabamos, oh señora anónima.

Después de un momento repelús de contacto cuando el gilipollas para apoyarse, mete el brazo entre las tres barras en las que estábamos agarrados mi caricari y yo, y nos toca las manos con su brazo...momento asqueroso de por sí, contacto piel con piel en el metro!!! aarrggghhhhh!!!! yo me moví hacia un lado, apoyándome en la puerta, y el atontao, que bien mirado parecía como un poco colocao de algo, se fue yendo hacia el centro del vagón.

Entonces lo miré bien.

Pantalón a medio culo, y atención, arremangao por los tobillos y enroscao pa los laos!!!!! cada pernera hacia un lado, calculo que le dio bien bien vuelta y media a cada pernera....ajajajjaajaj...cada vez que lo pienso...es que me desorino.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Historias del metro - El asqueroso

Volviendo ayer del curro, el metro iba lo suficientemente lleno como para no haber ningún sitio libre para sentarnos...excepto uno...un sitio que ya se veía antes de que el metro para por completo y se abrieran las puertas...pero justo en el asiento de al lado había un tipo gordo, con pinta de asqueroso y yo ya dije que ahí no me sentaba, no me gusta ir leyendo y estar tocándome con el de al lado, y menos si tiene esas pintas, que una ha viajado mucho en metro y ya nos conocemos...así que me quedé de pie...pero mi nene sí que se sentó...y al momento adiviné que el gordo olía mal porque mi nene se ponía la mano en la nariz.

Entonces me fijé en el tipo. Era un tipo de los gordos, desaseado, con el pelo grasiento pegado a la cabeza, vistiendo chándal negro y camiseta negra...me pareció que llevaba una lata de coca-cola en la mano, pero no, no era coca-cola, era una cerveza xibeca, y la llevaba aguantada entre el brazo y su pecho porque en la mano llevaba un móvil y en la otra mano llevaba una bolsa de plástico blanca llena de lo que parecían ganchitos, que iba comiendo como un cerdo mientras bebía su cerveza y se reía por lo que fuera que veía en su móvil....que por cierto, debió de poner a verse un vídeo o algo así porque de repente se oía el sonido por todo el vagón, el tipo se reía, y entonces empieza a sonar el himno de España...sí, el himno de España a toda mecha en el vagón...y el tío como si nada, mirando su pantallita y riendo, y todo el vagón mirándole...

Era desagradable de ver, era un tío asqueroso y repugnante.

Y según mi nene, que lo tuvo que aguantar todo el viaje, olía a perro mojado.